
Seguro odias esa sensación de tener la nariz tapada y por más que la limpies no poder respirar bien. Ahora imagina cómo se siente tu hijo cuando sufre lo mismo; y es que la congestión nasal es uno de los síntomas más desagradables y persistentes que podemos experimentar pues muchas enfermedades lo provocan.
Causas
La nariz se congestiona cuando la mucosa que la recubre se inflama. Esto ocurre como una reacción a afecciones respiratorias tales como el resfriado, la gripe, la rinitis alérgica, la sinusitis o alguna infección más severa.
Complicaciones
Si bien este síntoma por sí mismo es molesto, también puede causar otras dificultades cuando es severo y persistente, por ejemplo:

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- Dolor de oídos
- Obstrucción de la audición
- Dificultad en el desarrollo del habla
- Problemas de sueño
En el caso de los bebés las complicaciones pueden ser mayores, ya que el recién nacido al necesitar respirar por la nariz mientras succiona, es más proclive a sufrir una interferencia en la lactancia. Además en raras ocasiones, puede causar problemas respiratorios serios.
Contrólala
Para ello:
- Levanta la cabecera de su cama o colócale una almohada más alta para abrir sus vías respiratorias cuando esté recostado
- Dale a beber bastantes líquidos para que le sea más fácil arrojar la mucosidad
- Utiliza un vaporizador que refresque el aire de su habitación
- Emplea un spray nasal para humectar la mucosa. Busca que esté elaborado con agua de mar ya que la solución salina afloja el moco y mantiene la zona libre de polvo y contaminación. Procura que tenga un anillo de seguridad para evitar que el aplicador se introduzca profundamente
Recuerda: siempre que tu hijo tenga algún malestar o problema de salud, debes recurrir a un médico especialista para que te diga cómo tratarlo adecuadamente.