Este padecimiento afecta a cerca del 20% de la población mundial, 85% de los cuales son niños entre 1 y 5 años. De acuerdo con algunos estudios, uno de cada diez niños presenta dermatitis atópica (DA). El 65% de los niños muestra síntomas de eczema en el primer año de vida y el 90% en los primeros cinco años de edad.
La DA provoca prurito (comezón intensa), enrojecimiento de la piel, resequedad y descamación.
En bebés y niños pequeños, el eczema suele localizarse en la cara, la parte externa de los codos y las rodillas. En niños más grandes y adultos, en cambio, tiende a manifestarse en las manos, los pies, los brazos y la parte posterior de las rodillas.
Las personas con dermatitis atópica son de piel hipersensible. Se ha podido demostrar una tendencia genética heredable, frecuentemente ligada a otras enfermedades como el asma bronquial y la rinitis alérgica. Por ello, se ha demostrado que las reacciones alérgicas son causas de la gran mayoría de los casos de dermatitis atópica. Una atopia es la tendencia genética a presentar alteraciones alérgicas como dermatitis, asma, rinitis, conjuntivitis y urticaria.
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También se le conoce como neurodermatitis, debido a que este tipo de piel presenta una reacción anormal por una alteración en las terminaciones nerviosas sensitivas de la piel, que controlan, por ejemplo, la sudoración, la dilatación de los capilares o la secreción de las glándulas sebáceas de la piel.
Actualmente se sabe, que, aunque el estrés puede exacerbar o producir un nuevo brote de dermatitis, esto no quiere decir que sea la causa real del padecimiento, sino que el estrés es otro de los factores que influyen, así como el exceso de sudor, de calor, de frío, el roce con ropas ásperas, el contacto directo con sustancias irritantes como los solventes, jabones, detergentes, combustibles, y ciertos metales como níquel y zinc utilizados como aleación en los botones de la ropa, extensibles y joyería de fantasía.
Por los diferentes factores que la provocan, se pueden diferenciar tres formas en que la dermatitis atópica puede afectar a quienes la padecen:
1. Genéticas: los hijos de padres atópicos tienen un 70% de probabilidades de desarrollar una enfermedad alérgica como asma, rinitis y dermatitis atópica en el transcurso de su vida. Los niños nacen con una piel seca, retienen el sudor, se les marcan con exageración los pliegues, sobre todo el los párpados y responden con comezón al calor, frío, lana, jabón, medicamentos, cosméticos, emociones, etc.
2. Psicólogicas: los niños tienen una personalidad especial, son vivaces, inteligentes, inestables y frágiles emocionalmente, celosos, muy histriónicos en sus respuestas e hiperactivos. En cuanto a los padres, se han observado varios casos en que tienen poca o casi nula atención a los niños o, por el contrario, son muy exigentes
3. Ambientales: el padecimiento empeora en climas secos y calientes, y mejoran cuando hay humedad
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Por el momento no existen medicamentos que curen dicha enfermedad, por lo que en la actualidad el tratamiento está orientado al control de los síntomas y a evitar o atenuar las recurrencias. Un solo medicamento no alivia la DA, es necesario seguir medidas generales de higiene, tipo de ropa y cuidado en climas extremos.
Actualmente se ha iniciado el tratamiento con un nuevo tipo de medicamentos llamados inhibidores de la calcineurina, que promete ser una mejor opción para la atención de la dermatitis atópica. Siempre se debe consultar a un médico dermatólogo que podrá indicar el mejor tratamiento para quien padece dermatitis atópica.