Por Martha Alicia Chávez, psicóloga
México ocupa el primer lugar en obesidad infantil en el mundo desde 2011 de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)<a/strong>. Ser obeso implica una carga social, familiar y, por ende, personal. A lo largo de la historia esta enfermedad, considerada una pandemia (que afecta a todo un pueblo) ha adquirido un papel significativo en la vida de los seres humanos.
Hace algunas décadas, las mamás hacían todo lo posible porque sus bebés estuvieran gordos, lo cual se consideraba señal de hermosura, fortaleza y salud; incluso para los adultos. Tras años de investigación sobre sus efectos, actualmente se le dio el lugar que le corresponde como factor determinante en el desarrollo de graves problemas de salud.
Existe una diferencia entre sobrepeso y obesidad. El primer término se refiera a un exceso de peso de 10 a 20% del ideal. La obesidad implica un exceso mayor al 20%.
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¿Por qué cada vez hay más niños gordos?
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La obesidad y el sobrepeso consisten en una excesiva y anormal acumulación de grasa que es perjudicial para la salud, como resultado de una alimentación inadecuada y a la falta de actividades físicas. La globalización y crecimiento de cadenas de comida rápida también afectaron el modo de vida de las personas, ya que comenzaron a consumir productos altos en calorías y de nulo valor nutricional.
En algunos casos se atribuye a la genética, pero aunque se tiene cierta predisposición no debe culparse del todo a los genes, pues si una persona con herencia genética marcada lleva una vida y hábitos saludables, evitará que esa enfermedad se manifieste por no encontrar el campo de cultivo.
Otras de las causas son:
- Los niños pasan mucho tiempo entretenidos en actividades sedentarias como los videojuegos, televisión, computadora, iPad y celular. Esto no sólo afecta el desarrollo de su sistema óseo y muscular, sino que también propicia el aumento de peso porque suelen acompañarlas con toda clase de comida chatarra. Sedentarismo + chatarra = fórmula infalible para ganar peso
- Actualmente hay muchos niños solos, porque mamá se encuentra trabajando. Debido a que en el “papel de la buena mamá” no está el dejar a los hijos para irse a trabajar, se genera en ella mucha culpa y tratará de compensarla permitiendo que su hijo coma lo que quiera o llenándole ella misma la alacena, el refrigerador y el estómago, con alimentos chatarra y alto contenido de calorías, que les causará aumento de peso y problemas de salud. En estos casos, la comida se convierte en un símbolo y un sustituto de la presencia, el dulce emocional, los cuidados y la compañía que mamá no le está proporcionando
Consecuencias
La obesidad conduce al desarrollo de graves problemas de salud como diabetes Mellitus tipo 2, a diversas enfermedades del corazón, cerebro-vasculares, hipertensivas; además tiene consecuencias psicológicas graves como baja autoestima y depresión.
Los niños obesos sufren burlas, discriminación, bullying y rechazo, los adultos tienen mayor dificultad para conseguir un empleo o ascender de puesto. La discriminación se extiende a muchos aspectos de su vida.
De no hacer un cambio radical ante la obesidad infantil, no habrá sistema de salud ni gobierno que pueda hacer frente a los costos de los tratamientos para las enfermedades que resultarán de esta pandemia, cuando aquellos niños obesos lleguen a edad adulta.
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¿Qué hacer?
- El primer paso es no negar la realidad, si un niño es robusto no es señal de que “está bien nutrido”, sino todo lo contrario, el sobrepeso tarde o temprano traerá consecuencias irreversibles en su salud
- No lo critiques y evita ponerle apodos o sobrenombres. Esto dañará gravemente su autoestima y las consecuencias a futuro pueden ser terribles
- Si en la familia hay uno o varios obesos deberán trabajar en conjunto porque el problema no está concentrado en un sólo individuo. Los cambios en la alimentación y en los hábitos de vida deben incluir también a los adultos, no únicamente al niño.
- Debemos desarrollar la costumbre de leer los ingredientes de un producto, informarnos al respecto, y volvernos selectivos en cuanto a lo que dejamos entrar en nuestra alacena, estómago y hogar. (esto podría ir en “qué hacer”)
- Llévalo al médico para que le haga un plan alimenticio de acuerdo a su edad y estatura. No lo pongas a hacer dietas y mucho menos intentes darle productos milagro para disminuir su peso
- Es importante que no suplas las ausencias por trabajo con alimentos chatarras o dulces en exceso. Mejor haz planes para realizar actividades al aire libre que fomenten el ejercicio en toda la familia; media hora diaria es suficiente para mantenerse en buena forma
- Las golosinas no deben ser utilizadas como premios, los niños pequeños entienden que entonces éstas son maravillas y con ello se fomenta la mala alimentación. Si de vez en cuando le das una a tu hijo, hazlo de forma natural y sin darles ese plus de “grandioso”, para que aprenda que no debe comerlas habitualmente
Recuerda que tú eres su mejor ejemplo, si te ve comiendo sanamente, haciendo ejercicio y cuidando tu salud, él hará lo mismo y dejará atrás las malas costumbres alimenticias.
Numeralia
- En México hay 4.5 millones de niños entre 5 y 11 años de edad con sobrepeso
- A nivel mundial hay 1600 millones de personas que padecen sobrepeso y 400 millones con obesidad
- Estados Unidos y México representan el 36% de la población total con obesidad
- Cada año mueren en el mundo 2.8 millones de personas por sobrepeso y obesidad. Se cree que para el 2030 la cifra será de 55 millones
- Cuatro de cada 10 niños obesos en el mundo necesitan inyectarse insulina antes de los 12 años
- A lo largo de los últimos 15 años, la obesidad en niños aumentó un 45%, debido a cambios dramáticos en los hábitos alimenticios y falta de actividades físicas
- En ese periodo el consumo de refrescos y bebidas endulzadas aumentó un 40%
Martha Alicia Chávez es psicóloga, escritora y conferencista. Autora de 9 libros (entre ellos «Hijos gordos”). Encuentrála en marthaaliciachavez.com en Facebook: marthaaliciachavez.escritora y en Twitter: @MarthaAliciaCh