No importa si eres primeriza o experimentada, alimentar a tu hijo fuera de casa no tiene por qué ser incómodo. Ya sea que prefieras hacerlo cubriéndote el pecho o no, sigue nuestros consejos y olvídate de complicaciones.
Ropa
- Elige brassieres para lactancia. Además de darte comodidad, facilitan las maniobras que necesitarás hacer
- Usa blusas con cierres o botones. Evitarás subirte toda la prenda. Si escoges con botones, asegúrate de que sean fáciles de abrochar
- Opta por los estampados. Los accidentes serán menos visibles
- Diseña una camiseta. Recorta una playera vieja (de tirantes preferentemente) a la altura de tus pechos y póntela debajo, así tu abdomen y espalda estarán cubiertos
- Practica con la manta si no te gusta «enseñar». Lo recomendable es el contacto visual entre ustedes, pero cuando no puedas tenerlo, tu hijo estará calmado
Lugares
- Prefiere mesas apartadas. Lo mejor son aquellas en que quedas viendo a la pared, tal vez te sentirás menos incómoda
- Haz un scouting. En cuanto llegues a un sitio, identifica dónde podrías darle de comer y qué tan cómodos estarían, mientras más te relajes, más pronto acabarán
- Ofrécele antes de salir o en el camino. Si sabes que a donde irás las cosas podrían complicarse, anticípate y aprovecha el trayecto
- Prepárate. Lleva toallas protectoras, cobijas ligeras e incluso un cambio de blusa, te harán sentir tranquila
Amamantar es natural, ¡actúa natural! Nada llama más la atención que tu pánico de ser vista o criticada. Cuando lo alimentes, sonríe y platica, sólo así proyectarás la seguridad y confianza que necesitas.
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