Desde el inicio
A partir de la octava semana de gestación, el feto ya tiene percepción táctil. A la 32 cuenta con sensibilidad y al nacer dichas impresiones están funcionando. Durante los tres meses posteriores explora su entorno llevándose las cosas a la boca, lo que se conoce como etapa oral, es decir, que lo descubren todo a través de esta vía.
Más allá de duro y suave
Las texturas no se limitan sólo a consistencias, sino que incluyen aspectos rugosos o ásperos, formas, temperaturas, tamaños y todo tipo de detalles. De ahí la relevancia de que lo expongas a la mayor variedad de ellas para ampliar sus experiencias y aprendizajes. Sintiéndolo todo, los niños logran:
- Elaborar un esquema corporal como eje de partida para acrecentar su autoconcepto
- Obtener información del medio ambiente
- Descubrir nuevas sensaciones
- Trabajar con nociones como “igual” y “diferente”
- Ordenar y seriar
- Identificar qué les agrada y qué no
- Incrementar su lenguaje rápidamente
- Contactar consigo mismos
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A través de las texturas tu bebé se puede conectar con sus sentimientos dándole palabras y sensaciones a aquello que lo emociona y que a veces no sabe definir.
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En cuanto inicie su interacción con el mundo, también irá descubriendo su realidad y tratará de ordenarla teniendo más variedad de información y estableciendo analogías. Como todo es nuevo y sorprendente para él, la agrupación le funcionará para encontrarles uso, sentido o placer.
Sus mejores estímulos
Al proveerle materiales, debes considerar sus intereses, edad y seguridad. Si bien puedes adquirir sonajas acolchadas con sonido o bloques de colores, también es beneficioso echar mano de lo que tienes en casa, siempre bajo tu supervisión para que no ingiera aquello que pueda dañar su salud. Entre los mejores están:
- Franelas
- Esponjas
- Telas distintas
- Gelatina
- Shampoo
- Papel lija
- Engrudo
- Crema para afeitar
- Semillas
- Azúcar
- Madera
- Objetos de metal
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Recuerda que no necesitas comprar todo nuevo sino adaptar lo que ya tiene. Por ejemplo a un muñeco para vestir cámbiale el color y la textura de las agujetas, ponle borlas en el sombrero o modifícale los botones. ¡Es muy sencillo!
¡Tócalo siempre!
Un niño que es acariciado percibe el mundo como un lugar saludable y afectuoso que le brinda satisfacción. Cuando esté en un ambiente con temperatura, olor y sonidos agradables se sentirá relajado y creerá en su entorno como un enlace suave con la totalidad de su ser. Percibir un mimo, una palabra amorosa o ser visto con delicadeza le permite generar sentimientos y comprender que desde que nace él tiene un significado importante para sus padres y los demás. ¿Increíble, no?
