Tú puedes ayudarlo a expresar lo que quiere y siente con estas sencillas actividades.
- Los sonidos de mi cuerpo (ideal para bebés de seis a nueve meses de edad)
Necesitarás un espejo mediano con marco y un cepillo de dientes pequeños con cerdas suaves. Siéntate en el piso con tu hijo en las piernas, de manera que ambos queden frente al espejo. Después realiza sonidos simples como laleo o silabeo, y permite que te vea a través del espejo. Trata de ser muy expresiva para que intente imitarte.
Puedes frotar suavemente alrededor de sus labios y sobre ellos con la yema de tus dedos o con el cepillo dental. De esta forma estarás estimulando los músculos de la cara y la emisión de nuevos sonidos.
- Las caretas (a partir de los nueve meses de edad)La siguiente actividad estimula la vista, el oído, la ubicación espacial y, por supuesto, el lenguaje. Sólo necesitas caretas o máscaras de animales, que bien puedes elaborar con pedazos de cartulina de unos 15 centímetros de alto. Nárrale a tu bebé un cuento sencillo sobre los animales. Si le hablas del perro, muéstrale la careta y emite ladridos, dile lo que es. Ahora cárgalo como canguro de costado, trata de que haga el sonido del perro y colócala sobre su rostro.
- Burbujas de limón (de un año en adelante)
Sólo requieres una tina de plástico, agua de limón y popotes, así de fácil. Éste es un juego que ejercita el control sobre la respiración, algo indispensable para que tu hijo hable pronto.
Vierte el agua en la tina y con el popote sopla dentro para producir burbujas, espera su reacción y enséñale a pedir más. Repítelo varias veces y después deja que él lo intente poco a poco. Aunque parezca increíble, el soplar estimula la emisión de palabras y oraciones con la debida pronunciación.
- Caras y gestos (más de año y medio)
Con esta actividad ejercitará su lengua a través del movimiento en diferentes direcciones. Se necesita una cucharada de miel o de cajeta y un espejo mediano.
Siéntate con tu hijo frente al espejo y háblale sobre el juego que van a tener. Dile que su lengua anda en busca de rica miel y tienen que ayudarle a encontrarla, ponla alrededor de sus labios y pídele que mueva la lengua arriba, abajo, a los lados y en círculos para recolectarla. Es importante que tú también lo hagas para que imite tus movimientos en todas direcciones.
Por último: aliéntalo para que se exprese y muestra un total interés en lo que dice. Así, le darás la oportunidad de compartir sus necesidades y sus emociones a través de sonidos y palabras, además de que seguirá intentando comunicarse y mantener una conversación contigo.