- Muéstrale cómo funcionan las cosas. Propicia el acercamiento con las texturas para que discierna entre lo duro y lo suave, ponle sonidos altos y bajos, y exploren juntos el mundo porque para él ¡todo es un misterio! Como requiere apropiarse del concepto de causa y efecto dile cosas como: “Si jalas el mantel, los platos se caerán”. Aunque sea obvio para ti, será un gran descubrimiento para él.
- Léele cuentos que los estimulen. Sabes que en bbmundo estamos a favor de la lectura y más si es educativa. Busca el libro «Emocionario. Dime lo que sientes» y ayúdalo. Encuentra aquí la reseña.
- Deja que te revele lo que le gusta. Desde etapas tempranas tiene fuertes opiniones acerca de lo que le da placer y lo que le estresa. Introduce todo tipo de actividades para que ambos diferencien sus deseos de sus aversiones.
- Mantén a raya la sorpresa. Validar su reacción lo reconforta al comprender que harás algo por él. Considera que deberás protegerlo de la situación que desató el asombro y explicarla; por ejemplo si suena una alarma de coche y brinca, tápale los oídos y háblale de esa medida de seguridad, se calmará.
- Dales nombre. Decirle desde pequeño qué sientes, le ayudará a reconocer lo mismo cuando él las tenga. Saber qué significa puede ayudarle a sobrellevar eso que le está sucediendo.
- Relaciona gestos con sentimientos. Es importante que le enseñes a identificar para que pueda desarrollar empatía con las personas en el futuro. Puedes hacer títeres con calcetines o hacerle gestos de tristeza, enojo o seriedad tú y él frente al espejo.
Recuerda que tu ejemplo también lo estimula. Por muy mal día que hayas tenido, nunca te desquites con él o le grites. ¡Eso también lo aprende!