Por Mariana Leñero, neuropsicopedagoga
Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los papás es identificar si sus hijos tienen dificultades de lenguaje y necesitan apoyo especializado o si sólo son errores comunes de la etapa de desarrollo en la que se encuentran.
Si bien cada niño presenta variaciones propias en la adquisición del lenguaje, existen elementos comunes que si no están presentes, pueden ser un foco de alerta sobre algún retraso en esta área.
¿Qué esperar y de qué preocuparte?
Antes de los 12 meses
- Responde a sonidos fuertes, a la voz de mamá y familiares cercanos
- Utiliza la voz para relacionarse con el medio a través del balbuceo
- Alrededor de los 9 meses empieza a unir sonidos y diferentes entonaciones del habla: hace sonidos como “ma-ma-ma, pa-pa-pa-pa”
Foco de alerta: No hace gestos como señalar y despedirse.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
De 12 a 15 meses
- Debe tener un amplio abanico de sonidos en su balbuceo: p, b, m, d, o n
- Empieza a imitar sonidos y palabras que usan los adultos
- Incorpora a su vocabulario palabras-nombre como “bebé”, “pelota”
- Comienza a comprender y seguir órdenes sencillas: «Ven”, “Pásame el juguete»
De 18 a 24 meses
- Cuenta con más de 50 palabras y entiende alrededor de 100
- Comienza a combinar dos palabras en frases simples: «papá grande»
- Identifica objetos de uso común (si el objeto está presente o en imágenes)
- Señala partes de su cuerpo (ojos, orejas, nariz)
- Sigue instrucciones de dos pasos: “recoge el juguete y dámelo»
Foco de alerta: Prefiere comunicarse con gestos en lugar de vocalizaciones, tiene dificultades para imitar sonidos y para entender peticiones verbales simples.
De 2 a 3 años
- Comprende instrucciones como “dame el juguete”, “ponlo debajo de la cama”
- El vocabulario crece rápidamente, tiene más de 200 palabras y comienza a combinar de forma sistemática tres o más palabras en frases más largas
- Identifica colores y entiende conceptos descriptivos: grande-pequeño, frio-caliente
- Es común que existan problemas de articulación en el habla. Por ejemplo, sustituciones: “ti” por “sí”. Omisiones: “fono” por teléfono”
Foco de alerta: sólo imita el habla pero no genera palabras o frases de forma espontánea. Emite determinados sonidos o palabras de forma repetida.
4 años en adelante
- Sigue instrucciones sin necesidad de que los objetos estén presentes
- Habla de situaciones imaginarias: “imagínate que”, “me gustaría”
- Realiza preguntas: “¿Quién?”, “¿Por qué?”
- A los 4 años usa los sonidos de las siguientes letras: m, n, p, f, w, y, k, b, d y g. Es posible, aunque no necesario, que pronuncie los sonidos de las letras: ch, r, s
- A los 5 años conoce conceptos espaciales básicos: arriba, abajo
- A los 6 años comprende el significado de frases y comienza a leer palabras simples
- Entre los 5 y 6 años construye oraciones de 5 a 6 palabras, conoce y produce todos los sonidos de las letras (fonemas) a excepción del sonido “rr”
Otros indicadores que hay que analizar
- Presenta algún tipo de malformación en los órganos de articulación
- Mantiene la boca abierta al respirar y no tiene control de la salivación
- Dificultades para imitar movimientos de lengua y labios
- Dificultad para masticar sólidos
- Dice que no oye y no voltea si se produce algún sonido detrás de él
- Se le dificulta localizar sonidos y discriminarlos
- Hay que elevar la voz para que atienda a los mensajes
Tipos de problemas del lenguaje
- Trastornos asociados con déficits sensoriales (auditivos o visuales), déficits motores (parálisis cerebral), deficiencia mental, autismo, psicosis, entre otros
- Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL): dificultades en la expresión y comprensión del lenguaje oral, pero no son causa de los factores arriba mencionados
- Retraso simple del lenguaje: se refiere a la no aparición del lenguaje a una edad y o etapa en la que regularmente ya se ha establecido
- Trastornos relacionados con el habla: Trastornos de la voz, la deglución y respiración, o bien con labio leporino y paladar hendido
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Estrategias de apoyo para potenciar el lenguaje
- Uso de canciones: Cantar canciones cortas con ritmo y prosa, promueve procesos de memoria al mismo tiempo que adquisición de nuevas palabras. Si las canciones tienen también una historia que se asocia con una acción o un movimiento, se estará favoreciendo además de la memoria y la atención, la asociación auditiva
- Uso de cuentos: La lectura de cuentos sencillos y predecibles estimula muchas habilidades asociadas con el lenguaje. Por un lado las que se asocian con la atención-concentración, el control de impulsos y la memoria; por el otro, se favorece la creatividad y la imaginación. Los cuentos con una estructura predecible ayudan al niño a anticipar lo que viene y a aprender el significado de palabras que más tarde utilizará
- Platicar, platicar y platicar: Muchas veces, los papás olvidan lo importante que es conversar con sus hijos aun cuando hablen poco. Promueve en todo momento hablar sobre el mundo que los rodea; que no sólo hable un adulto, sino que el niño también interaccione. Utiliza preguntas que requieran no sólo de respuestas “sí” “no”
- Escuchar, escuchar y escuchar: Cuando hable, escucha con atención lo que dice y procura interpretarlo de la forma en que lo dice sin corregirlo inmediatamente. Cuando se realiza una buena escucha, es más fácil lograr una conversación. Sé flexible ante las respuestas erróneas y muéstrate responsiva ante sus intenciones comunicativas
- Diversifica el lenguaje: Busca otras formas de decir palabras (sinónimos) y explica que son dos palabras diferentes que significan lo mismo: alberca-piscina, auto-carro)
- Usa expresiones faciales y contacto visual para aclarar cualquier objetivo: Una sonrisa, un abrazo, guiñar un ojo, aprobar con la cabeza, etc., es necesario ser claro cuando se le pide que realice una tarea, poniendo ejemplos y comprobando que entendió lo que se le pidió que hiciera. Nunca está de sobra dar más explicaciones para que comprenda el objetivo de una acción
- Ejercicios de atención, discriminación y ritmos: Identifica ausencia o presencia de sonidos (utilizando distintos instrumentos). Reconoce y diferencia lo que está escuchando (ladrido, golpe en la puerta,) y utiliza imágenes y/o objetos
- No corrijas, reconstruye: si el niño comete un error al hablar se recomienda usar el refraseo o reconstrucción, es decir, en lugar de indicarle «así no se dice”, repite la palabra de forma adecuada
- Amplía tu vocabulario: No sintetices la emisión verbal y repite la palabra o la oración adecuadamente. Trata de utilizarla lo más posible a lo largo del día, con el fin de fomentar la retroalimentación auditiva
- Despacio que tengo prisa: Habla más lento de lo que comúnmente lo haces, pero procura no romper el ritmo
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