Como primer ejercicio, observen su reacción al exponerlo a ruido, si despierta al producirse un sonido intenso, si dirige la mirada a la fuente del mismo o si reacciona con diferentes gestos. Esto puede interpretarse como signo de que escucha, sin embargo, esta forma de valoración es poco confiable y no permite realizar un registro exacto del volumen que se necesita para que su bebé lo perciba. Por ello es importante que ante la menor sospecha e incluso como exámenes de revisión rutinaria, le realicen alguno de estos estudios antes de que cumpla el primer mes de edad.
Método de Potenciales evocados auditivos de tallo cerebral (PEATC)
En este estudio se estimula su oído con una serie de resonancias de una intensidad y tono conocido y mediante un sensor, se determina la respuesta del sistema nervioso central en las regiones por donde se transmite el estímulo.
Dicho de otro modo, imaginen que el oído interno funcionara como la tecla del telégrafo enviando una señal eléctrica; ésta se transmite por un cable que sería el nervio auditivo y el receptor sería la corteza del cerebro. Lo que hacen los Potenciales es determinar si “el cable” está o no transmitiendo el mensaje. Si bien es cierto que esta prueba es de gran utilidad, hay que considerar que debido a la falta de madurez de la vía auditiva puede dar resultados falsos positivos y en ese caso, necesitará repetirse meses después para determinar si existe una limitación.
Estudio de Emisiones otacústicas
Estas emisiones son resonancias producidas por un tipo especial de células del oído interno llamadas ciliadas externas y cuya actividad es la que puede indicar si existe o no, una respuesta auditiva. Aunque en la mayoría de los casos la presencia de dichas células indica que todo está en orden, existe un pequeño porcentaje de pacientes a quienes se les realiza este método y luego el estudio de PEATC y los resultados son diferentes.
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Por lo anterior, la recomendación es realizar simultáneamente ambas pruebas y si existe alguna alteración en cualquiera de ellas, deben pedirle al pediatra que los canalice con un experto en otorrinolaringología o audiología para:
- Determinar si existe una causa que pueda tratarse y en su caso, hacerlo oportunamente
- Establecer un protocolo de seguimiento y corroborar con precisión la magnitud de la sordera
- Iniciar lo antes posible las medidas de rehabilitación pertinentes
Si creen que su bebé no escucha bien, deben comunicárselo a su doctor pediatra y si es necesario, acudir directamente al especialista e insistir en que le hagan una valoración audiológica completa para salir de cualquier duda.