Después de seis u ocho meses, tu bebé es muy grande para la bañera infantil y es tiempo de considerar la tina grande o la regadera. ¿Te da un poco de miedo y aún no estás convencida? Tómalo con calma y no olvides seguir las precauciones necesarias para que este momento se convierta ¡en una diversión acuática!
Paso a paso
- Recuerda que aún es pequeño y todavía no coordina bien sus movimientos. Además, en esta situación las superficies son muy resbaladizas, por eso nunca lo dejes solo o sin apoyo
- Espera hasta que sea capaz de mantenerse erguido y sentarse. Un banco para baño (con patas de succión) puede ser de gran ayuda
- Evita bañarlo justo antes o después de la hora de la comida, ya que los masajes en el estómago lleno pueden inducirle vómito, o bien si se siente insatisfecho puede estar irritable y no querrá cooperar
- Cualquier hora del día es adecuada pero lo más recomendables es hacerlo antes de acostarlo pues contribuye a crear un ambiente de tranquilidad y relajación
- Programa el tiempo suficiente. Evita hacerlo con prisas y aprovecha la oportunidad para fortalecer el vínculo entre ustedes
- Prepara todo con anticipación. Verifica que haya jabón, shampoo, esponjas y toallas limpias a la mano. También es muy importante que le des algún juguete para entretenerse
- Cuida que la temperatura del cuarto sea agradable y que no haya corrientes de aire. A los niños no les gusta sentir frío y si asocian el enfriamiento con el baño, se convertirá en una batalla que librar
- Siempre cerciórate de que el agua tenga una temperatura templada
Este momento es ideal para comenzar a enseñarle la importancia de la higiene, así como una cultura sobre el cuidado de los recursos naturales. Anímalo a que esté siempre limpio y no dejes que pase mucho tiempo con la llave del agua abierta.
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