Para esas caminatas, recuerda brindarle la atención que merece pues así como tú te arreglas y te gusta verte bien, tu hijo necesita unos minutos para que lo alistes y protejas antes de llevarlo a la calle.
• Mantenlo limpio en toda situación. Tal vez no puedas bañarlo antes pero sí seguir una rutina de higiene. Por ejemplo, con una gasa y un poco de agua, limpia sus ojos del lagrimal hacia afuera para eliminar las lagañas. Si acaba de tomar leche, pásale una toalla húmeda en cara y manos para asearlo
• Busca un traje para la ocasión. Vístelo con esos conjuntos que tanto te gustan. No los guardes para el siguiente mes porque de un día a otro podrá dejarlos. Mejor aprovéchalos mientras le queden
• Péinalo aunque tenga poco pelo. De lado, con raya en medio o al natural, lo importante es que se vea tu dedicación. Usa siempre un cepillo de cerdas suaves
• Aplícale un poco de perfume. Procura que sea una fragancia delicada, hipoalergénica y sin alcohol para que no moleste a su olfato o piel. ¡Se sentirá como nunca!

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• Protégelo del sol y el frío. En época de calor sácalo con sombreros, ropa de algodón en colores claros y bloqueador solar infantil con Factor de Protección Solar (FPS) mayor a 50. Cuando la temperatura sea baja, abrígalo con un gorro y prendas gruesas
Garantizado: ¡Robará todas las miradas! Y te sentirás súper orgullosa con esta experiencia. Recuerda que a cada paso de tu hijo, tú creces como mamá y se vuelven aún más unidos, así que disfruten juntos estos paseos porque ninguno volverá a ser igual. ¡No olvides tomar fotos!